Lluís Domènech i Montaner:
Maestro de maestros
Uno de los arquitectos más importantes del modernismo catalán
Lluís Domènech i Montaner (Barcelona, 1849-1923) fue uno de los arquitectos más importantes del modernismo catalán. Licenciado en arquitectura en 1873, es el autor de edificios tan imponentes como el Palau de la Música y el Hospital Sant Pau de Barcelona. De joven viajó por Europa, de ahí importó conocimientos técnicos y nuevos materiales que le posibilitaron una nueva visión de la arquitectura.
Esta nueva técnica encajó con el surgimiento de la nueva burguesía catalana que, enseguida, quedó admirada por el trabajo del arquitecto. No es de extrañar, pues, que sea uno de los arquitectos más prolíferos de la época y que algunas de sus obras hayan sido reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como docente, formó discípulos tan destacados del modernismo catalán como Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalch o Josep Maria Jujol.
Los referentes estilísticos del arquitecto, y que se verán en muchos de sus edificios, son fundamentalmente dos: el mundo islámico y el gótico catalán. Esta mezcla de estilos se denomina eclecticismo y será una tendencia en toda la trayectoria de Domènech i Montaner. Todo ello, a nivel estético, lo materializa en su obra En busca de una arquitectura nacional (1871), donde se muestra a favor del eclecticismo como una vía para conseguir una arquitectura nueva, moderna y nacional.
Domènech i Montaner también brilló como diseñador de tipografías, ilustrador y encuadernador de libros. Especialmente importante fue su vertiente política; comprometido con el catalanismo político, fue el impulsor de la Liga Regionalista y diputado a las Cortes españolas. Combinó su profesión con los estudios de heráldica y arte románico.
La seva vida, etapa a etapa
La vida de Lluís Domènech i Montaner (Barcelona, 1849 – 1923) estuvo marcada por el interés constante en múltiples disciplinas académicas. Arquitecto de formación, también desempeñó un papel importante en la vida política de su época. Profesor, estudioso del románico y el gótico catalanes y experto en heráldica medieval son tal vez algunas de las facetas más desconocidas de Domènech i Montaner.
Lluís Domènech i Montaner nace en Barcelona el 21 de diciembre de 1850. Hijo de Pere Domènech Saló, un editor y encuadernador de prestigio, y Maria Montaner Vila, proveniente de una familia acomodada de Canet de Mar.
Cursa los estudios de ciencias fisicomatemáticas, sigue su formación realizando la carrera de Arquitectura en Barcelona y posteriormente en la escuela de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Una vez finalizados los estudios viajó por toda Europa para seguir formándose y conocer las nuevas tendencias arquitectónicas.
Al inaugurarse la escuela de arquitectura de Barcelona entra como profesor junto con Josep Vilaseca i Casanovas y ejerce como director del centro educativo hasta el 1920. Este cargo le sirve para marcar las pautas del modernismo catalán y ser maestro de grandes arquitectos del momento, como por ejemplo de Antonio Gaudí.
En el mismo 1875 se casa con Maria Roura Carnestoltes, hija de una familia de navegantes adinerados de Canet de Mar, con quien tiene ocho hijos. La familia vive en Barcelona, pero sigue veraneando en Canet de Mar, su pueblo natal.
Ejemplo temprano de la arquitectura modernista, es el primer edificio del Eixample de Barcelona de tipología industrial, donde Domènech i Montaner aplica por primera vez su eclecticismo, la mezcla de distintos estilos históricos con elementos propios de la modernidad, como el ladrillo visto o el hierro forjado.
Año en que se produce la Exposición Universal de Barcelona, acontecimiento que hace consolidar profesionalmente a Domènech i Montaner, puesto que recibe varios encargos de Elies Rogent, director de la Escuela de Arquitectura y de las obras de la exposición. El Castillo de los tres dragones y el Hotel Internacional son algunas de sus obras de este periodo donde incorpora las artes aplicadas y las soluciones ornamentales que acontecerán habitualmente en su arquitectura. En este mismo año ingresa a la Liga de Cataluña, partido político del cual fue presidente.
En este edificio, que tenía la función de café y restaurante de la Exposición Universal, se puede ver con claridad una de las mayores inspiraciones que tuvo el arquitecto a lo largo de su carrera profesional: el arte medieval. Este edificio es la reinterpretación de un castillo medieval, en el que se rompe voluntariamente el eje de simetría, una tendencia que encontraremos en otros edificios a lo largo del Modernismo.
Funda Unió Catalanista y el año siguiente es nombrado presidente del partido político junto con Enric Prat de la Riba como secretario. En 1901 el partido se fusiona con la Unió Regionalista y se constituye la Lliga Regionalista, formada mayoritariamente por la burguesía catalana que defendía una Cataluña libre, fuerte y autónoma.
A finales del siglo xix, a Reus le faltaba un espacio terapéutico para enfermos mentales, ya que el que existía hasta el momento estaba totalmente anticuado. Por eso, una serie de prohombres de la ciudad consiguieron que Domènech i Montaner diseñara el proyecto del hospital psiquiátrico. Construido a las afueras de la ciudad para que los pacientes pudieran disfrutar del aire fresco, se planteó como una serie de pabellones independientes. Se considera el precedente del Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Destaca, por su monumentalidad, el Pabellón de los Distinguidos, destinado al alojamiento de los enfermos que provenían de familias burguesas con alta capacidad económica de la ciudad.
Primera casa particular que diseña el arquitecto en la ciudad de Reus. Propiedad del notario Pere Rull Tria. La casa fue de uso particular hasta 1925, momento en el que el Ayuntamiento de la ciudad lo adquiere para que se utilice como equipamiento cultural.
Actualmente conocida como Hotel Espanya, es una remodelación realizada por Domènech i Montaner, junto con otros artistas de su época. Es especialmente en el comedor principal donde encontramos este trabajo conjunto entre artistas, ya que tenemos obras del escultor Eusebi Arnau y del pintor Ramon Casas, autor del magnífico esgrafiado de la pared que representa un fondo marino con sirenas.
También conocida como La guapa de la Mercadal, es una de les obras más personales de Domènech i Montaner. Encargada por los comerciantes textiles Joaquim Navàs y Josepa Blasco, es uno de los ejemplos más exitosos de la arquitectura de casa-tienda domenechiana.
En su interior, se encuentran los nombres de grandes artistas de la época modernista: Alfons Juyol, Eusebi Arnau, Lluís Bru y Gaspar Homar, entre otros. En términos generales, las líneas decorativas giran e torno a tres grandes ejes: la naturaleza, el territorio y el catalanismo político.
Casa que completa la famosa isla de la discordia, junto con Casa Batlló de Gaudí y Casa Amatller de Puig i Cadafalch. En su exterior, el arquitecto se inspira claramente en la arquitectura gótica.
En la planta baja, Domènech i Montaner proyectó un espacio destinado a tienda, pero que desafortunadamente no se conserva. En sus decoraciones destacaban unas esculturas que representaban musas clásicas y fueron destruidas justo delante de la casa.
Al 1905 se empieza la construcción del auditorio encargado por el Orfeón Català, considerado la máxima expresión del modernismo catalán. El Palau de la Música, junto con el Hospital Sant Pau fueron premiados en el Concurso anual de edificios artísticos del Ayuntamiento de Barcelona de los años 1905 y 1913 respectivamente y 1997 la UNESCO los catalogó como Patrimonio de la Humanidad.
Empieza la construcció del auditorio encargado por el Orfeo Català, que es considerado la máxima expresión del modernismo catalán y des de 1997 es PAtrimonio de la Humanidad.
Edificio reusense que se encuentra a caballo entre el Modernismo y el Novecentismo. Lo encargó el comerciante de aceites Feliu Gasull. En esta obra se puede ver cómo el lenguaje arquitectónico de Domènech i Montaner rompe con todo lo que había hecho hasta el momento.
En los últimos años de su vida Domènech y Montaner se distancia de los grandes proyectos arquitectónicos para dedicarse a la investigación arqueológica e histórica. Destacan los manuscritos sobre la historia de Cataluña y heráldica catalana, redactados a la Masia Rocosa de Canet de Mar, donde pasa gran parte del final de su vida, puesto que es afectado por un cáncer de estómago que le hace delegar toda la actividad profesional a su hijo Pere Domènech Roura. Muere en Barcelona a los 73 años y es enterrado al cementerio de Sant Gervasi de Barcelona a pesar de que su última voluntad era ser enterrado al panteón familiar de Canet de Mar.