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Descubren que el pintor Joaquim Mir dibujó el gran mosaico de la entrada de Casa Navàs

  • La propiedad de Casa Navàs ha adquirido la pintura original de uno de los paisajistas catalanes más destacados

 

Un estudio elaborado recientemente ha descubierto que el gran mosaico que preside la entrada de la Casa Navàs lo pintó Joaquim Mir i Trinxet (1873-1940), uno de los máximos exponentes de la pintura postmodernista, considerado uno de los mejores paisajistas de su generación y, probablemente, de toda la pintura catalana moderna. El descubrimiento lo ha llevado a cabo la historiadora del arte y especialista en mosaicos, Marta Saliné i Perich, en colaboración con el también historiador del arte, Jordi March Barberà, durante la preparación de una conferencia del IV Congreso Internacional CoupDeFouet dedicado a la obra de Lluís Domènech i Montaner.

Esta importante descubrimiento pone de manifiesto la magnificencia que representaba el Modernismo y su arquitectura. Tan solo en el diseño de un espacio como es el mosaico de la escalera principal, participaron muchas personas entre artesanos y artistas. Entre ellos se encontraban algunos de los máximos exponentes artísticos de la época como el decorador Gaspar Homar y su colaborador Josep Pey o, tal como ahora se ha revelado, Joaquim Mir, uno de los nombres destacados de la segunda ola de la pintura modernista o postmodernista.

Se demuestra así, por un lado, que la Casa Navàs y su historia están muy vivas porque aún hay muchos aspectos por descubrir y descifrar; y, por otro, que los edificios modernistas de la época son obras de arte total, ya que en ellos conviven trabajos de los mejores artistas del momento.

 

La historia de la pintura y el mosaico

Durante la construcción de la Casa Navàs, y lo mismo hacía con el resto de los edificios que proyectaba, el propio Domènech i Montaner tenía que dibujar un pequeño esbozo para plasmar en el mosaico que había de presidir el acceso principal de la casa. En este caso, es seguro que quería que evocara un paisaje con perspectiva para darle profundidad al espacio.

 

Posteriormente, y tal como revela el estudio, se escogió al pintor barcelonés Joaquim Mir i Trinxet para trasladar aquel esbozo a una pintura de escala reducida, adaptada al lugar en el que se tenía que colocar el mosaico. A lo largo de aquella época, entre 1903 y 1906, Mir se alojó en el Institut Pere Mata para recuperarse de un accidente que sufrió en Mallorca, etapa en la que hizo amistad con los círculos culturales de Reus. Después pasó una temporada entre Aleixar y Maspujols pintando una serie de obras paisajísticas de la zona del Baix Camp, antes de fijar su residencia, Casa Mir, en Vilanova i la Geltrú.

En el dibujo, como en una falsa ventana, se nos abre un paisaje florido en forma de jardín. Podemos observar elementos paisajísticos típicos de la zona, como los almendros en flor que dominan la escena, un claro ejemplo de la importancia de este fruto para la ciudad a principios del siglo XX. Aun así, el cuadro también presenta influencias de los jardines románticos de la época, destaca el templete circular con columnas, en forma de tholos, coronado con una cúpula.

A continuación, este dibujo de escala reducida se trasladó a Gaspar Homar (1870-1955), el decorador de interiores de más renombre del Modernismo catalán, y estrecho colaborador de Domènech i Montaner durante la construcción de diferentes edificios como la Casa Navàs, ya que es a él a quien se le encarga diseñar y decorar los interiores. Josep Pey, dibujante y pintor colaborador de Homar, traspasó el dibujo a escala real y hizo algunas pequeñas variaciones con detalles más precisos que el guache de Joaquim Mir no contempla, pero que eran necesarios para traspasarlos al arte aplicada.

El mosaico está formado por un conjunto de teselas que combinan dos tipos de materiales. Por un lado, hay cerámica y, por el otro, hay cristal veneciano procedente de Murano. Este segundo propicia que algunos detalles brillen intensamente con la luz. Aunque se desconoce quién fue el mosaiquista que realizó el mosaico, sí que se sabe que el propio Pey se ocupó de la dirección y de la producción. La colocación la llevó a cabo la empresa de Josep Vidiella Ribot, un contratista de obras reusense ubicado en el antiguo camino de Salou.

 

La Casa Navàs adquiere la pintura original de Joaquim Mir

Marta Saliné identificó la pintura de Mir entre los lotes de una subasta de arte celebrada en Madrid. Después de contactar con la casa de subastas, junto con Jordi March, localizaron al propietario de la obra, el coleccionista y galerista Ramon Gento. Este facilitó a los historiadores el estudio del cuadro. Saliné y March comunicaron a la dirección de la Casa Navàs el hallazgo y esta se puso en contacto con el coleccionista. Finalmente, se formalizó un acuerdo de compra con el objetivo de que la pintura pudiera volver a la Casa Navàs, el lugar para el que fue pensada y creada. Durante unos cuantos días este cuadro se expondrá en la Casa Navàs para que el público que la visita lo pueda apreciar.

Se trata de un guache atípico, que no ocupa el total del lienzo, ya que se observan claramente los límites que marcan las columnas y los arcos superiores proyectados en la pared de la entrada principal. Un hecho que demuestra que la obra fue dibujada exclusivamente para ser reproducida en ese espacio.

 

Biografía de Joaquim Mir i Trinxet

Joaquim Mir i Trinxet (Barcelona, enero de 1873 – Barcelona, 27 abril de 1940) fue un pintor catalán que perteneció a la segunda generación de pintores modernistas, también llamados postmodernistas. 

Formado en la Escola de la Llotja de Barcelona, su juventud la determinó el interés artístico. Frecuentaba el Quatre Gats, café y sala de exposiciones que actuaba como núcleo cultural de la ciudad de Barcelona, donde probablemente tuvo contacto con un joven Pablo Picasso. También formó parte de la “Colla del safrà”, junto a artistas tan importantes como Isidre Nonell o Ramon Pitchot. De hecho, este grupo artístico determina la primera etapa de Mira, con una pintura de tonalidades amarillentas.

Se fue a Mallorca acompañado de Santiago Rusiñol, y es allí donde descubrirá todo su potencial en lo que respecta al color y la luz en la pintura. De hecho, Mir es considerado un pintor cercano al estilo impresionista, aunque él nunca se consideró así. Su obsesión era la plasmación de la luz, hecho que lo convirtió en un artista pionero en nuestra tierra, aproximándose a una concepción abstracta de la pintura a principios del siglo XX.

De sus obras más importantes destacan La catedral dels pobres (1898), de la fase de juventud del artista, interesante porque nos muestra la etapa inicial de construcción del templo de Gaudí. También son notables Coves de Mallorca (1903), decoraciones hechas para la Casa Trinxet de Puig i Cadafalch, o Poble escalonat (1909), un ejemplo de su producción en el Baix Camp como gran paisajista y lumínico.

Pese no haber hecho estancias de aprendizaje ni en París ni en Roma, sí que hizo estancia en Madrid, donde en 1899 ganó el segundo premio de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Entre otras ciudades, expuso su obra en Venecia, Ámsterdam, Nueva York, Washington y Buenos Aires.

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